El Gobierno Nacional ha establecido una Zona de Ubicación Temporal para el Frente 33 de las disidencias lideradas por alias Calarcá, con una duración de siete meses. Este espacio estará ubicado en una zona rural del municipio de Tibú, Norte de Santander, y tiene como objetivo facilitar la implementación de acuerdos para el tránsito a la paz y la vida civil de sus integrantes. La delimitación geográfica de la zona se mantiene en reserva por razones de seguridad.
El traslado de los miembros del Frente 33 a la zona designada se realizará en un plazo de 45 días, con una estimación de entre 400 y 700 hombres que llegarán al lugar. Durante este periodo, las entidades de la rama ejecutiva deberán coordinar esfuerzos para garantizar la seguridad y el desarrollo de programas de intervención integral, asegurando condiciones de dignidad y protección para los involucrados.
Como parte de las medidas adoptadas, el Gobierno ha determinado la suspensión de órdenes de captura, incluidas aquellas con fines de extradición, contra los miembros del Frente 33 mientras dure el funcionamiento de la Zona de Ubicación Temporal. Esta suspensión también aplicará durante el desplazamiento hacia el área, siempre que los listados de los integrantes sean aceptados y acreditados por el Consejero Comisionado de Paz.
El acuerdo contempla diversas condiciones y compromisos, entre ellos la disposición del material de guerra del Frente 33, la implementación de un plan de atención integral para niños, niñas y adolescentes, y la garantía de seguridad jurídica para los miembros de la disidencia en su proceso de transición hacia la ciudadanía plena. Además, se busca desarrollar un plan de transformaciones territoriales, que facilite la sustitución de economías ilícitas y promueva la producción alimentaria.
Otro aspecto clave del acuerdo es la elaboración de un plan de búsqueda de personas desaparecidas, así como la ejecución de acciones para la satisfacción de los derechos de las víctimas. También se contempla la participación en programas de desminado humanitario, con el fin de proteger a la población civil, la fuerza pública y los propios miembros del Frente 33.
El Gobierno ha asegurado que la Zona de Ubicación Temporal no podrá establecerse en áreas definidas como Región de Paz, y que los protocolos y acuerdos que regulen su funcionamiento serán concertados con entidades territoriales, nacionales e internacionales. Sin embargo, la medida ha generado inquietudes en distintos sectores, especialmente en la población del Catatumbo, donde líderes campesinos han expresado su temor de que la zona se convierta en un espacio de despeje que favorezca a los grupos armados.
Por otra parte, la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos siguen de cerca la implementación de esta iniciativa, que si bien representa un paso significativo en el proceso de paz, también plantea desafíos en términos de seguridad y garantías para la población civil. La evolución de la Zona de Ubicación Temporal será determinante para evaluar su impacto en la estabilidad del territorio y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
Escrito por: Juan Joya