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Un general ucraniano llamado Valeri Zalushny se ha convertido en una estrella sociopolítica.

Respetuoso del orden constitucional, hace parte de ese tipo de militares que gozan de un cierto liderazgo carismático.

Escogido por el propio presidente Zelenski, por encima de muchos otros, sus análisis estratégicos se han vuelto profundamente reveladores.

Interpretando lo que él señala, la guerra se ha estancado y los recursos para lograr un desempate son cada vez más escasos.

Y aunque no interviene en política, mucha gente empieza a prestarles atención a sus consideraciones.

Primero, porque Rusia ya logró los objetivos básicos con sus operaciones y puede jugar con el tiempo de manera muy flexible.

Las sanciones que se le aplicaron, lejos de debilitarle, paradójicamente le han robustecido.

Y su régimen autoritario le permite controlar el poder sin tener que someterse a la rendición de cuentas de toda democracia liberal.

En cambio, Ucrania depende por completo de sus aliados, empezando por los Estados Unidos.

Los compromisos militares globales de Washington son abrumadores, pero también son altamente costosos.

Muchos imperios han sucumbido precisamente porque no supieron calcular bien los límites del compromiso.

Y con la Guerra en Gaza, más la creciente amenaza de invasión china a Taiwán, es natural que la Casa Blanca sopese cuidadosamente cada dólar que invierta en uno u otro escenario bélico.

De hecho, la contraofensiva ucraniana no ha sido significativa y muchos sectores empiezan a pedirle al presidente Biden que presente su propio plan de paz para iniciar negociaciones con Moscú.

Por supuesto, esta situación ha debilitado al valiente presidente Zelenski y también al interior de Ucrania diferentes sectores propugnan la convocatoria a elecciones.

En tal caso, muchos se imaginan que el general Zalushni podría renunciar a sus galones y presentarse como candidato.

Asumen que, si de negociaciones se trata, la figura de un brillante militar, pragmático, objetivo y conocedor de los detalles tácticos y logísticos, sería la figura más indicada para buscar alternativas.

Obviamente, la rendición de Ucrania está descartada, pero la victoria rusa también, así que la resolución del conflicto parece estar avanzando a la misma velocidad con la que avanzan los planes de Washington y Jerusalén para enfrentar conjuntamente a Irán, en caso de que las cosas se compliquen en Oriente Medio.

De tal manera, y sin buscarlo, un general realista y certero podría recibir el relevo y cooperar patrióticamente para lograr la estabilidad en Europa del Este, conteniendo y disuadiendo a los rusos de emprender nuevas aventuras expansionistas.

En el fondo, es bien probable que los ucranianos estén pensando en este instante que les hace falta, como a los franceses en su momento, una especie de general al estilo Charles De Gaulle.   

vicentetorrijos.com