Nathalia Capera es una madre cabeza de familia de 34 años que vive en el municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá, y quien ha demostrado que ningún sueño es pequeño cuando se trata de emprender y sacar adelante a sus dos hijos.
Nació hace 34 años en el municipio de Albania, pero desde hace seis años vive en San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá. Ella es una madre cabeza de hogar, quien vive orgullosa de sus dos hijos, de 14 y 11 años, porque son estudiosos y quieren lograr el sueño de cursar una carrera profesional.
A lo largo de su vida, Nathalia ha sido una mujer decidida que se le ha “medido a todo”, desempeñándose en diferentes oficios para salir adelante, una fuerza interna que ha crecido gracias a ese motor en el que se convirtieron sus hijos.
Nathalia se ha dedicado principalmente al “rebusque”, trabajando por turnos como mesera y en la cocina de diferentes restaurantes. Día a día trabaja para ayudarlos económicamente y con sus estudios con el objetivo de que tengan mejores oportunidades de vida.
Motivada por la difícil situación económica y su familia, la emprendedora decidió prepararse con Empropaz y acceder a un crédito semilla entregado por Bancamía, para pasar de sus trabajos ocasionales a tener su propio carro donde vende jugos de naranja -preparados con borojó y multivitamínicos- tintos y aromáticas, entre otros.
Con este impulso, Nathalia adquirió todo lo necesario para poner a funcionar su idea de negocio, empezando por su puesto móvil y un parasol, además de sillas y mesas, una licuadora junto con un extractor y también las materias primas como bultos de fruta y vitaminas al por mayor para abaratar costos. Adicionalmente, y siguiendo con el plan de negocio proyectado con el acompañamiento de Empropaz, parte de la inversión ha sido destinada para publicidad que le ha permitido visibilizar su marca.
“Lo que más me gusta de haber decidido emprender es que no dependo de nadie y todo depende de mí, si madrugo y si trabajo duro me va mejor y puedo brindarles un mejor bienestar a mis hijos para que estén tranquilos”, menciona Nathalia.
Durante su etapa de formación con el Programa se ha sentido feliz porque se está educando para ser empresaria y ha tenido la oportunidad de aprender cómo organizar su negocio financieramente. “Lo que más me gusta de estar vinculada a Empropaz es el acompañamiento que he tenido durante mi proceso, todo el tiempo me llaman y me visitan para ver cómo ha avanzado y crecido mi negocio”, menciona Nathalia.
A futuro, esta valiente madre cabeza de hogar desea expandir su emprendimiento, fidelizando a sus clientes, además de manejar las redes sociales para poner su negocio en el mundo digital y que más personas puedan conocer sus ideas de recetas porque le gusta la culinaria; de hecho, entre sus planes está posicionarse en el mercado a través de la elaboración de productos derivados del borojó, fruto que se da en su región.
Este espíritu emprendedor que caracteriza a muchas mujeres en contextos vulnerables ha sido apoyado por iniciativas como Empropaz, que bajo un modelo de acompañamiento, cercano e integral, busca ofrecer opciones de crecimiento para que las emprendedoras y microempresarias adquieran habilidades empresariales, a través de formación empresarial individual y especializada, y accedan a productos y servicios financieros en condiciones especiales, además de tener una guía por parte de asesores empresariales expertos que les ayudan a construir, implementar y consolidar sus planes de negocio.